“Es un ático dúplex de nueva construcción en el que todo está por hacer, salvo los baños”. Esta fue la carta de presentación que le planteó un amigo alemán a Rober Quiñones-Her, fundador de RQH Studio. Y hasta Berlín que se fue el interiorista navarro para hacerse cargo del que ha sido su primer proyecto internacional, situado cerca de la famosa y concurrida plaza Alexanderplatz, en pleno centro de la ciudad.
En apenas tres meses resolvió este proyecto de interiorismo, de casi 200 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas, con la principal abierta a doble altura, y pensado como un loft moderno y luminoso, de líneas muy masculinas y estilo industrial.
Cuando el interiorista llegó a la vivienda no había ni suelo, ni tan siquiera existía la cocina, pero le fascinó la pared de ladrillo visto original del interior de la fachada y los enormes ventanales de doble altura que continúan hasta alcanzar la inclinación del edificio. “Ese efecto de tener el cielo por techo es impresionante, además de la luminosidad que aporta a los espacios”, declara Rober.
Otro elemento que ya estaba en el loft es la escalera de caracol de peldaños de madera volados que comunica ambas plantas y la chimenea de bioetanol del salón. Y todo ello lo mantuvo, así como la distribución, centrándose en una intervención básicamente de interiorismo, con el foco puesto en la cocina, teniendo en cuenta que todo el mobiliario de la vivienda lo aportó el propietario.
Este dúplex cuenta con tres dormitorios y tres baños (dos de ellos en suite), muy diferentes entre sí. Uno de ellos está situado en la planta baja, donde se halla la zona más social de la vivienda, compuesta por el salón y la cocina-comedor en un impresionante espacio abierto de doble altura.
Nada más cruzar el umbral de la puerta, ya se percibe la singularidad de la vivienda. La vista primero se va a la llamativa pared de ladrillo original que te recibe de frente, luego a los diferentes elementos estructurales de vigas y pilares maestros, para finalmente, y recorridos unos pasos más, dejarse sorprender por la doble altura del espacio en la parte más exterior de la planta.
La elección del color blanco consigue rebajar y unificar el ambiente, apoyado también por el laminado claro de haya elegido para el suelo, dejando que el tono rojizo del ladrillo se adueñe de todo el contraste visual. Paralelamente, se incluye el gris antracita como el toque masculino que RQH Studio quería ensalzar en el loft, utilizándolo también como hilo conductor a juego con la escalera, la carpintería de los ventanales y otros detalles.
“Ese efecto de tener el cielo por techo es impresionante, además de la luminosidad que aporta a los espacios”
- Rober Quiñones-Her, interiorista