Preservar la esencia de lo antiguo sin renunciar a lo moderno es posible, y esta casa reformada y decorada por Anna Alberich Estudio es la prueba de ello. Los propietarios querían conservar el alma de la casa dando protagonismo al mobiliario familiar y recuperando los elementos estructurales de la construcción, como la bóveda catalana. Sin embargo, al mismo tiempo querían darle un aire renovado al conjunto incorporando puertas de diseño actual. Otros requerimientos importantes fueron que la casa fuese práctica y luminosa, que contara con espacios abiertos y ampliar las habitaciones para sus tres hijos.
Para dar respuesta a esas inquietudes, el estudio conservó y restauró distintas piezas del mobiliario, recuperó la bóveda e ideó una cocina abierta al comedor. También instaló puertas semiacristaladas que dejan pasar la luz e incorporó a la decoración algunas obras de arte contemporáneo.
Para ganar espacio, redujo el tamaño del gran recibidor, lo que posibiliró sumar metros para una pequeña despensa en la cocina. Redujo también el vestíbulo de las habitaciones de los niños, para hacerlas más grandes y similares de tamaño para los tres hijos y manteniendo un cómodo pasillo de 1,20 cm. El resultado fue una maravillosa vivienda muy diáfana, donde los elementos antiguos y los actuales se entrelazan con gran acierto. ¿Quién dijo que lo clásico estaba reñido con lo moderno?