El pabellón de Barcelona Mies Van Der Rohe, la arquitectura de Barragán, la tradición del impluvium romano, los cubos blancos de Alberto Campo Baeza y la arquitectura local mallorquina, son algunos de los referentes que el arquitecto Vicenç Mulet ha plasmado en la vivienda Ca n’Uli en Son Serra de Marina, Mallorca.
Al norte de la isla de Mallorca, en una antigua urbanización, se encuentra esta preciosa vivienda, construida a partir de dos premisas indicadas por el propietario: la austeridad y la privacidad. La gran portassa mallorquina o portalón nos da la bienvenida a la casa que rinde homenaje a la arquitectura mediterránea. El patio central y el color verde de las puertas son el eje central del proyecto, y los elementos protagonistas sin ninguna duda.
Desde fuera se aprecia la simplicidad de las líneas y una solución precisa para mantener la intimidad. Dentro, las estancias se conectan como un solo espacio en torno a un patio central. Vicenç Mulet sugirió la idea de proyectar una casa patio típica del mediterráneo, que no solo iba a resolver la cuestión de la intimidad, sino que además permitiría adecuar la temperatura de los interiores en todas las épocas del año.
Materiales austeros y colores tradicionales
La elección de los materiales se ha realizado buscando la armonía y el carácter sobrio demandado por el cliente. La elección de los colores y las texturas dotan a la casa de una personalidad propia que emana paz. El pavimento continuo se ha realizado a partir del hormigón de nivelación resultando un terrazo muy resistente y práctico.
En este conjunto de aspecto austero destaca el color verde de las grandes persianas correderas. Se trata de un tono típico de las viviendas locales de Mallorca, y esta elección se ha tratado como un elemento arquitectónico más.