Ubicada en Cap Sa Sal, cerca de Begur (Girona), en uno de los enclaves más bellos de la Costa Brava, encontramos esta casa abierta al mar, cuyo proyecto de interiorismo es obra de Maurizio Sánchez Córdoba.
La casa se compró en el 1960 en una subasta y llevaba demasiado tiempo cerrada. A pesar de la separación de estancias, una cocina pequeña, la ausencia de piscina y los baños poco prácticos, resultó ser una verdadera joya. “Lo que quise fue mantener la estructura, ya que era una casa poco agraciada, y esa combinación de arcos y de líneas rectas hacía que pareciera un castillo. Así que lo que hice fue dejarlos como un recuerdo de lo que fue antes de empezar a transformarla”, asegura Maurizio.
Y es que en todo momento se fomentó la idea de unir pasado y presente sin perder la esencia de la construcción y haciendo u n interiorismo que pudiera gustarle a todo el mundo (ya que hoy es un espacio que se alquila). Y añade: “Cuando la vi, me pareció una casa francesa y decidí mantener su estructura, pero aposté por darle mucho color”. Y este último está relacionado con el mar. La entrada y el pasillo se pintaron en azul y se empapelaron para potenciar las formas; se eligieron piezas en un potente verde...
La casa dispone de acceso directo al Mediterráneo. Un paseo que se realiza a través de una escalera –“complejísima de diseñar”, cuenta Maurizio–, pero que te dirige al agua desde la roca en la que se erige la vivienda. Todo ello redunda en unas vistas espectaculares sobre la naturaleza casi virgen.
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Tournes
A la hora de diseñar y vestir el espacio interior, lo primero fue unir el salón, el comedor y la cocina, dejando una zona de día amplia para hacer vida en común. Con una celosía de madera se oculta el espacio de cocción, para que pueda separarse visualmente. Después llegó la iluminación, que se estudió de manera detallada, para lograr que de noche la casa fuera igualmente acogedora; y luego vino el mobiliario, que se instaló mirando al mar, jugando con las ventanas y convirtiéndolas marcos de cuadros (el paisaje).
Y para disfrutar del exterior se crearon rincones preciosos al aire libre, así como una piscina. Hoy es el lugar perfecto para descansar y alejarse del ruido de la ciudad. Ideal para el verano.
La idea era unir pasado y presente sin perder la esencia de la construcción y hacer un interiorismo personal y universal” Maurizio Sánchez Córdoba, autor del proyecto de interiorismo