Cuando compraron la finca que alberga la casa, ésta tenía una pequeña construcción con una mini cocina. En ella, la antigua dueña dejó un jarrón de color azul lleno de flores a modo de bienvenida, un gesto que los nuevos propietarios apreciaron hasta tal punto, que lo usaron como fuente de inspiración para la nueva decoración de su nueva casa. “De esta anécdota surgió el amor de la clienta por el color ocean blue, presente en toda la casa”, precisa la interiorista Mar Vidal, fundadora de MV Interiorismo, y autora de la reforma.
El encargo estaba claro, esta vivienda de nueva construcción en la costa asturiana debía transformarse en un hogar ideal para recibir visitas en verano – con su txoko particular- y ser un refugio para sus dueños en invierno. “El proyecto tenía como base la ausencia total de acero en los acabados y la prohibición expresa del color beige, lo cual nos vino perfecto, ya que son materiales y colores poco usados en nuestro estudio”, comenta Mar. Así pues, el equipo de MV Interiorismo se puso manos a la obra, sin olvidarse, por supuesto, de los tonos verde agua.
La parte más motivadora fue la de ir añadiendo elementos de color en toda la vivienda, pinceladas de su color fetiche: el ‘ocean blue’
- Mar Vidal, interiorista y fundadora de MV Interiorismo
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
De tamaño reducido, esta casa – o ‘cajita de cerillas’ como la ha apodado cariñosamente la interiorista – luce espacios bien aprovechados, destacando entre ellos la pequeña cocina con isla y comedor integrado; y el baño principal con bañera a petición del propietario. Sin lugar a dudas, un ‘Tetris’ técnico que Mar Vidal ha sabido solventar con éxito.
Desde el punto de vista decorativo, se ha buscado un equilibrio entre decoración rústica, romanticismo y acabados modernos, algo que se traduce en papeles pintados florales, colores pastel, muebles minimalistas y espacios diáfanos y cómodos. La artesanía local de la zona también cobra protagonismo en uno de los baños, y es que se han escogido baldosas hidráulicas hechas a medida con tintes naturales asturianos.
Sin duda, es una finca donde saborear el verano y abrazar el invierno. Un sueño hecho realidad gracias a la atención por los detalles de sus propietarios y la interiorista Mar Vidal.