Completamente enamorados de sus vistas, la interiorista Alejandra Pombo y su familia no dudaron ni un segundo en hacerse con esta fantástica finca en el pantano de San Juan (en San Martín de Valdeiglesias, Madrid). “Nos pareció el lugar ideal para descansar y pasar tiempo juntos. Además, su ubicación es estupenda, ya que tardamos muy poco en llegar desde la capital, lo que nos permite escaparnos muchos fines de semana (y siempre que podemos)”, asegura su propietaria e interiorista artífice del proyecto decorativo.
Es una casa que “adquirimos a mediados de 2021, y que hemos ido decorando poco a poco: empezamos por los cuartos de baño y la cocina y, miguita a miguita, construimos el hogar de nuestros sueños”. No hubo intervención arquitectónica, puesto que la estructura general les gustó bastante, pero, como interiorista, Alejandra necesitaba darle un toque personal para estar más a gusto, encontrar su estilo y esencia, y convertirla en un verdadero paraíso.
“Deseaba diseñar una vivienda que fuese muy yo, que al entrar por la puerta dijeras: ésta es la casa de Alejandra Pombo. Quería que hubiera una conexión entre el interior y el exterior, que se unieran de alguna manera a través de la decoración”, cuenta la interiorista. Así pues, únicamente se le hizo un lavado de cara y se vistió de forma afín a sus propietarios.
“Esta vivienda en el pantano me hace especial ilusión, es como un refugio para mí. A la hora de decorarla –teniendo en cuenta que lo más difícil cuando proyectas para otros es disponer de absoluta libertad creativa–, al ser mi propia casa y tener opciones infinitas para elegir, a veces, resultó un poco abrumador. Además, el hecho de que haya sido un proceso tan largo –no hicimos la redecoración de golpe sino mueble a mueble–, ha hecho que sea, a ratos, un poco pesado. Pero más allá de eso no considero que haya sido un proyecto con grandes dificultades”, concluye la interiorista.
La libertad creativa de diseñar la casa para mí me ha permitido disfrutar mucho del proceso y plasmar fielmente mi esencia
- Alejandra Pombo, interiorista
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
De este planteamiento surgen los espacios preferidos de la familia, que no son otros que el porche y el jardín. A la mínima que asoma un rayo de sol salen corriendo a aprovecharlo y los niños disfrutan muchísimo jugando y corriendo. “Es, sin duda, la casa de mis sueños ahora mismo. No sólo por cómo es la finca en sí, sino por lo que significa. Para mí, esta vivienda es sinónimo de descanso y tiempo en familia. Es un lugar donde escapar del ruido y la rutina diaria y pasar tiempo con los míos sin que nada ni nadie nos moleste”, explica Alejandra.