Nuestra idea a la hora de abordar este proyecto fue unificar criterios, ya que cada una de las estancias estaba tratada de forma individual. Quisimos proyectar los espacios de manera unificada, con una misma narrativa, con la idea de dotar a la casa de una historia común”, aseguran Almudena y Cristina Rebuelta Domecq, interioristas y autoras de este proyecto.
Así, pues, trabajaron con dos elementos clave: por un lado, la relación interior y exterior y, por otro, aportar a la casa calidez con una estética minimalista pero llena de color. “Se trataba de una vivienda recién acabada, por lo que a nivel de distribución no supuso una gran inversión por nuestra parte, nosotras nos focalizamos en todo lo referente a los acabados y el interiorismo, especialmente nos centramos en enfatizar las zonas comunes, integrar el salón, el comedor...”, cuentan las interioristas.
Y nos ponen en antecedentes: “Sus propietarios la compraron en 2018 y pasaron varios años hasta que se decidieron a hacer de su casa un lugar más personal y adaptado a sus necesidades”, comentan. Al tratarse de una vivienda de promoción, los acabados generales no les encajaron desde el primer momento y, aunque tardaron, en cuanto contactaron con Almudena y Cristina, les pidieron un trabajo que incluyera cambiar todo tipo de elementos, carpinterías a medida, la construcción de una chimenea y organizar la casa en torno al jardín de la parte trasera, que tiene unas vistas preciosas sobre Madrid.
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
Para la decoración, se basaron en un juego de contrastes con dos parejas de opuestos: en la envolvente aplicaron blanco y negro y en el mobiliario rojo y verde, colores opuestos en el círculo cromático. Todo pensado para que forme parte de algo más grande.
“Uno de los pilares para entender el proyecto son los ritmos y las tonalidades usadas. El propietario es compositor y le dio muchísima importancia desde el primer momento a los ritmos visuales, así como a las combinaciones y contrastes, siempre buscando la armonía, pero con acentos. Nos centramos en una base muy neutra, jugando con texturas, para luego, a través del arte y los textiles, crear un contrapunto por medio del color.
Nos fuimos a colores complementarios, opuestos, elegimos rojo-verde para una mezcla vibrante. Este tipo de combinaciones generan mucha energía y pueden llamar mucho la atención, son fuertes y brillantes
- Cristina y Almudena Rebuelta Domecq