Esta casa es especial, uno de esos tesoros que, una vez vistos sabes que es para ti”, así de clara es Virginia Albuja, propietaria y autora del trabajo de interiorismo de esta vivienda. Esto y que está frente al parque de El Retiro, al lado del Museo del Prado y las iglesias de Los Jerónimos, que su fachada Sur es increíble... imposible no enamorarse.
“Desarrollamos un trabajo de interiorismo y decoración integral. Lo más importante fue conservar su esencia; la finca se construyó en 1930, con un claro estilo clásico, ecléctico madrileño típico de esa época. Aposté por respetar todos los elementos arquitectónicos originales y rehabilitarlos: las puertas, los balcones, molduras y rodapiés los restauraron artesanos que busqué para cada tipología”, cuenta la interiorista.
Y continúa: “Transformar la vivienda únicamente a través de un desarrollo decorativo ha sido todo un reto. Utilizamos el color para transmitir unidad, aposté por el azul, rojo y verde, que tanto me identifica, marcando elementos arquitectónicos en colores menos intensos para destacarlos y enfatizar esa parte historicista que me enamoró nada más visitar la vivienda; seleccioné revestimientos textiles geométricos que le aportaran carácter y ampliaran visualmente las estancias, alfombras con un diseño muy potente para crear profundidad y entrelacé su estilo más fresco para poner ese contrapunto a la esencia general, obteniendo una continuidad decorativa en toda la vivienda”.
Aposté por un proyecto muy personal, arriesgado, fresco, elegante y desenfadado, que transmite la esencia de las personas que habitan la casa: mi familia
Virginia Albuja, interiorista
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
En cuanto a la distribución, Virginia lo tuvo claro: “Era perfecta, por lo que fue rápido entender cómo adaptarla a las diferentes necesidades que tenía que cubrir. Claramente dividida en dos alas, una social, otra de descanso y servicio. Esto permitió articular la disposición de comedor junto a la zona de estar previo recibidor y hall, continuando las zonas de descanso y propiamente de servicio, tales como la cocina y baños, en otra ala de la vivienda”.
Intervenir la casa a nivel decorativo a través del color, texturas, revestimientos, mobiliario, piezas icónicas... fue todo un reto, aunque lo consiguió. La interiorista logró un hogar con mucho carácter y en el que se siente representada al 100%.”