La interiorista Adriana Nicolau nos abre las puertas de su maravillosa vivienda, un piso con cuatro balcones abocados a la castiza plaza Tirso de Molina (Madrid), que se llenó de luz con un cambio de carpintería y una nueva distribución, más abierta y dialogante.
Y es que Adriana, la reina de las notas de color y defensora del estilo sofisticado confortable, ha sabido sacarle partido y darle un toque deco sublime que revaloriza cada una de las estancias.
“La vivienda nos enamoró de inmediato por su organización cuadrada, cuatro balcones a la calle, techos altos y carpinterías y suelo de origen en muy buen estado”, comenta Adriana, y añade que también hubo algunos elementos que no le resultaron nada atractivos: “No nos gustó la habitación central sin luz natural, y la acabamos convirtiendo en la cocina abierta al salón”.
Y es que, al tratarse de un edificio de 1850, se hacía necesaria una intervención arquitectónica total para darle la funcionalidad y contemporaneidad necesarias. La reforma duró seis meses y en el transcurso de la misma aparecieron muchos elementos a restaurar (suelos combados de vigas de madera, pilares y ladrillo antiguo, paredes de carga que hubo que derribar...), pero también muchas opciones para organizar el espacio y conseguir lo que ansiaban: tres habitaciones con sus baños, una cocina abierta y un salón de tres estancias.
Me gustan los ambientes funcionales y acogedores, elegantes pero con cierto aire divertido; y mi casa es un fiel reflejo de todo ello
- Adriana Nicolau, interiorista y propietaria de la vivienda
Para conseguirlo se enfrentaron al delicado estado de la estructura, que en algún caso hubo que reforzar, y a la necesidad de eliminar el pasillo por completo (algo nada fácil). El resultado final muestra un cambio espectacular y evidencia la mano experta de Adriana Nicolau, que ha plasmado en su casa lo que tanto defiende: espacios alegres, acogedores y elegantes, con un punto divertido y con sorprendentes toques de color.
Optó por materiales actuales, instalaciones domóticas y tonos intensos que aportaran una nota refrescante y contemporánea a la casa; reprodujo molduras; y añadió arte, clásicos del diseño e innovadoras piezas, lo vistió de calidez y sensibilidad, y consiguió el hogar que deseaba. Aquí todo fluye; uno se relaja entre texturas, acabados y detalles envolventes. Este es un hogar para vivir, recibir y disfrutar de lo cotidiano.
Retrato de Adriana Nicolau en su nueva casa
Foto: Belén Imaz Realización: Paloma Pachecho Turnes
Con sello propio
El Estudio Adriana Nicolau es, como la propia interiorista define, “un gran cajón de sastre, con ideas, sueños, belleza, creación y mucha pasión”. Pasión por los viajes, el descubrimiento de culturas, ciudades, espacios, gente... de los que Adriana se nutre para inspirar sus nuevas creaciones y enriquecer sus proyectos. En su estudio desarrolla trabajos de decoración e interiorismo, de principio a fin, desde la idea hasta la completa ejecución. Contract y residenciales.
Hoy nos presenta su casa, un espacio en el que reconocemos su mano experta y su rebeldía ante lo ordinario. Siempre fiel al look sofisticado, nunca exento de funcionalidad, y a grandes dosis puntuales de color, algo que se ha convertido en su ‘marca’, en su sello de identidad. En esta visita descubrimos la calidez del espacio, el detallismo y calidad de los materiales y una apuesta por la tecnología de control y confort de hogar que la interiorista ha incluido en su casa. ¡Gran trabajo!