“Pocos edificios han mantenido la arquitectura tradicional bilbaína, propia del Ensanche de finales del siglo XIX y principios del XX, como este”, aseguran desde el estudio de arquitectura Subinas Dueñas, encargados de la parte técnica de esta reforma integral. Dada esta premisa, mantener los techos de madera era un requisito al que, ni propietarios ni autores, querían renunciar.
Con tal de modernizar y reformar por completo este ático abuhardillado, se abrieron los espacios en busca de un concepto salón-comedor-cocina abierto. Y es que, pese a ser un piso pequeño, de tan solo 70 metros cuadrados’ desprende sensación de amplitud y continuidad. En definitiva, respetando los valores espaciales del bajo cubierta, se ha diseñado un espacio actual y adecuado a las necesidades del matrimonio, con el objetivo de buscar una guarida en el centro de Bilbao que fuera funcional y acogedora.
Las vigas de madera debían ser conservadas a toda costa, y el color blanco era su mejor aliado
- Raquel González, interiorista
A nivel decorativo, - y aquí es donde entra Raquel González en juego- se ha proyectado siguiendo un estilo contemporáneo que contrasta con el techo a dos aguas de madera inevitablemente rústico. “Como los propietarios querían conservar el tono natural de madera de la viga, para el proyecto de decoración se ha escogido una paleta de colores afín que multiplicara la calidez a toda la vivienda”, explica la interiorista. En general, la paleta de colores elegida para el proyecto de interiorismo se basa en tonos blancos, beige y neutros, combinados con elementos de madera y toques de color negro.
Foto: Amador Toril Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia
El equipo de Subinas Dueñas explica que "la distribución se ha basado en ordenar los espacios interiores en función de la actividad de la calle exterior y separando los espacios día-noche. De esta forma, el espacio principal diurno (con cocina abierta al salón) se emplaza dando a la calle Euskalduna, y tiene orientación suroeste, y además resulta una calle con mucha más vida".
El resultado es un ático luminoso y acogedor, con perfecta sintonía entre decoración mobiliario y espacios arquitectónicos. El éxito se debe al binomio creativo que ha dirigido la reforma. ¡A eso le llamamos trabajo en equipo!