Pensando en una pareja joven, amante de los animales y a la que le gusta pasar tiempo en casa, Lucía Buiza, interiorista de Lucía Buiza Interiors, diseñó un apartamento en el sótano de la vivienda familiar, un espacio que durante muchos años se usó como trastero y despensa.
“Las premisas fundamentales fueron aprovechar al máximo los metros y ampliar la entrada de luz natural, algo que conseguimos modificando la altura de los alféizares de cada una de las ventanas. Este cambio hizo que el pequeño apartamento se inundara de luz, generando así un ambiente lleno de vida”, asegura Lucía.
El acceso al apartamento se encuentra en la planta alta: a través de una puerta de vidrio entramos en un pequeño pasillo donde predomina el color blanco, que contribuye a aportar claridad y continuidad con el resto de la vivienda; éste da paso a una escalera de madera maciza de roble natural, que se encontraba ya en la casa y que se restauró.
Una vez en el interior, la planta se convierte en un espacio muy diáfano, con suelo de madera de roble y paredes blancas.
Las dimensiones reducidas del apartamento quedan resueltas con un minucioso estudio del espacio para su mayor aprovechamiento y la maximización de la entrada de luz natural, consiguiendo ampliarlo visualmente.