A orillas de la ría de Bilbao, junto al puente de La Salve, nos encontramos con la figura descomunal del aclamado Guggenheim Bilbao. El museo, que fue inaugurado en el año 1997 tras cinco años de construcción, es una de las obras más significativas del arquitecto canadiense Frank O Gehry. Desde su creación, nadie pasea desapercibido ante esta obra de carácter deconstructivista en la que las líneas cuervas, la fragmentación y los motivos naturales se dan la mano, ofreciendo un conjunto de lo más envolvente, fiel reflejo de ese caos controlado que inspiró a la escuela deconstructivista.
Su superficie, que se extiende alrededor de 24.000 m2, de los cuales 10.540 m² están reservados para exposiciones, ya alberga a una media superior al millón de visitas anuales. De hecho, estas solo han hecho que crecer desde su inauguración a finales del siglo XX, cuando la ciudad de Bilbao se rodeó de números proyectos arquitectónicos como el Metro de Bilbao en 1988 por Norman Foster o la Torre Iberdrola (2007-2011), de César Pelli, que marcaron un antes y un después en la configuración de una ciudad que, más allá de su carácter industrial, pasaba entonces a convertirse en un reclamo cultural a nivel internacional.
'Mamá' de Louise Bourgeois, en el exterior del museo.
La Programación artística del Museo comprende tanto presentaciones de la Colección Permanente como exposiciones temporales de gran calidad, que se combinan para proporcionar al espectador una perspectiva amplia y dinámica del arte de nuestro tiempo. Por sus salas han pasado artistas nacionales e internacionales de la talla Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, Miquel Navarro, Antonio Saura, Antoni Tàpies, Jean-Michel Basquiat, Joseph Beuys, Louise Bourgeois, Yoko Ono, Richard Serra o Jeff Koons.
Un complejo museístico que representa un hito arquitectónico por su audaz configuración y su diseño innovador
El edificio del Museo, hoy día el icono más reconocible de la ciudad de Bilbao, es una gran escultura de titanio, piedra y cristal reconocible a larga distancia. Las galerías, algunas de sorprendentes configuraciones y otras de formas regulares, se articulan en torno a un espectacular Atrio coronado por un lucernario cenital en forma de flor metálica. Aprovechando el excelente ambiente arquitectónico que ofrece esta zona, este año la Revista Interiores celebra su aniversario 20 +1 en el Atrio principal del edifico Guggenheim. Una perfecta oportunidad para celebrar la trayectoria de la revista desde el interior de un complejo museístico que representa un hito arquitectónico por su audaz configuración y su diseño innovador, conformando un seductor telón de fondo para el arte que en él se exhibe.